Les dejo un lectura de Bea Degiampietro, en cierre del esketch del último grupo.
Dedicado a Norma Noemi Farias
Coco
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Cuando un grupo de amigos No enrolados en ningún equipo se reúne para jugar futbol o algún otro deporte o actividad, tiene lugar una emocionante ceremonia destinada a establecer, quienes integraran los dos bandos, generalmente dos jugadores se enfrentan en un sorteo pizarra, y luego cada uno de ellos elije alternadamente a su futuro compañero, se supone que los más diestros serán elegidos en los primero turnos y quedaran para el final “los troncos”.
Pocos han reparado en el contenido dramático de estos lances, el hombre que está esperando ser elegido vive una situación que rara vez se da en la vida, sabrá en una medida brutal y exacta en qué medida lo aceptan o rechazan, sin eufemismo conocerá su verdadera posición en el grupo, a lo largo de los años muchos futbolistas advertirán su decadencia, conforme su elección sea cada vez más demorada.
Manuel Mandel, que casi siempre oficiaba de lector, observo que siempre su decisión no recaían en los más hábiles, en un principio se creyó poseedor de no sabe que sutileza de orden técnico, que le hacían preferir ciertos compañeros que reunían otras cualidades, pero un día comprendió que en realidad lo que deseaba era jugar con sus amigos más queridos, por eso elegía los que estaban más cerca de su corazón aún que no fueran tan capaces.
El criterio de Mandel, parece sentimental pero es también estratégico, uno juega mejor con sus amigos, ellos serán generosos, lo ayudaran, lo comprenderán, lo alentaran y lo perdonaran. Un equipo de hombres que se respetan, se quieren son invencible y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con los extraños o los indeseables.
¨De Alejandro Dolina
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